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El espejo del cerebro

meditación

El espejo del cerebro es el título del libro que se ha publicado hace pocas semanas en España. Escrito por la investigadora y divulgadora científica Nazareth Castellanos (Licenciada en Físicas, doctora en Neurociencias, directora del laboratorio de investigación de neurociencia de la meditación adscrito a  la Universidad Complutense de Madrid). Nazareth Castellanos lleva más de 20 años investigando en la primera línea internacional de las fronteras  de la neurociencia, lugar accesible sólo a l@s más dotad@s, pues se trata de ampliar el territorio de lo que sabemos frente a todo lo que ignoramos y esa frontera está repleta de incertidumbres lo cual le confiere la mayor complejidad intelectual.

El espejo del cerebro: Un libro destilado

El libro está escrito con un lenguaje sencillo, fluido, que va dirigido a todos los públicos. Representa una síntesis de los conocimientos de la neurociencia en determinados ámbitos, especialmente el de la neurociencia de la meditación, y también de manera derivada en el propio conocimiento personal.

La lectura es muy recomendable porque permite entender algunas cuestiones fundamentales que nos hemos preguntado anteriormente, por ejemplo ¿Meditar es una actividad exótica y difícil de aprender o por el contrario es fácilmente accesible? Tras argumentarlo sólidamente a lo largo del libro, la autora escribe “Mi estudio de los mecanismos cerebrales que acompañan a la meditación me han llevado a pensar que meditar es una propiedad que todos llevamos ya dentro, no una técnica que se aprenda. Los circuitos neuronales involucrados en ella se refuerzan, no se crean.”

 Sin embargo, si tuviera que destacar una característica que subyace a lo largo del libro es la esperanza que transmite su lectura. La esperanza en poder aprender, esperanza en poder cambiar, esperanza en poder conocernos mejor; y con ella alimentar la mirada interior que nos da un mayor contacto íntimo, el cual todos necesitamos.

Acotando el trastorno bipolar

Y es precisamente ese último aspecto que resulta también importante en el manejo del trastorno bipolar. La práctica de la meditación conduce al fomento del autoconocimiento, lo cual significa necesariamente el camino para el mejor discernimiento de las variaciones emocionales y/o cognitivas de las personas afectadas, que revierte en un mejor control de la estabilidad emocional. La meditación es una vía de plata para conseguirla. Existen diferentes tipos de meditación, meditación zen, meditación tibetana, tai-chi, etc. Del tai-chi publicamos en junio de 2016 una nota en esta sección: https://www.rehabilitaciontrastornobipolar.es/noticias/etiquetas/tai-chi/

Al llegar al final del libro “El espejo del cerebro”, uno tiene la sensación de que querría continuar leyendo a Nazareth Castellanos… y he recordado la frase de la psicoterapeuta Virginia Satir ”Podemos aprender algo nuevo cada vez que creemos que podemos.”

Finalmente mencionar que la presentación del libro se realizó el pasado día 7 de mayo en el patio de la Misericordia de Palma de Mallorca, la cual fue grabado y se encuentra publicado en Youtube, cuyo enlace es https://www.youtube.com/watch?v=DFehxT_QVNs

ESTRÉS o stress

laurascaso.com

El estrés habitual representa un riesgo potencial de desequilibrio en las personas afectadas de trastorno bipolar.

QUÉ ES EL ESTRÉS Y CÓMO PODEMOS ALIVIARLO

El estrés es una experiencia habitual en la vida de toda persona. Básicamente es una respuesta fisiológica del organismo vitalmente necesaria para afrontar situaciones que vivimos como peligrosas o amenazadoras. El cuerpo se activa instintivamente y se pone en estado de defensa concentrando todas sus energías para reaccionar a ese peligro; todo ello tiene especial interés en los casos que se juntan estrés y trastorno bipolar.

Igualmente, cuando ese mal momento se acaba, se ponen en marcha una serie de mecanismos para recuperar el equilibrio perdido. 

El estrés se convierte en un problema psicológico cuando esta reacción del organismo se vuelve demasiado intensa o desproporcionada al estímulo que la provoca, y sigue activa cuando ese peligro ha desaparecido o interpretamos como peligroso algo que no lo es. 

En estas circunstancias se desencadena la misma reacción fisiológica que si el peligro fuera real, pero al estar en una realidad segura que no necesita este despliegue de defensas es más difícil descargar físicamente toda esa energía liberada. 

Todos tenemos experiencias de estrés en mayor o menor grado relacionadas con situaciones por las que transitamos, y podemos sentir cómo nos desgastan y nos agotan. Nuestra sociedad occidental fomenta el estrés, y lo normaliza de tal forma que nos hemos acostumbrado a vivir con niveles de estrés muy superiores a los que nuestro organismo puede soportar. De cómo lo gestionamos depende nuestra salud a corto, medio o largo plazo. 

En las personas afectadas de trastorno bipolar el estrés suele presentarse en mayor proporción debido a las características de la enfermedad. Hay una percepción objetiva (la sintomatología de la enfermedad) y una percepción subjetiva (el temor de las consecuencias de la enfermedad) que suelen generar una importante carga de estrés y ansiedad.

Y qué podemos hacer para cuidarnos de este estrés estresante?

La cuestión es que podemos aprender a reconocerlo y modularlo. Por ello a continuación compartimos una serie de sugerencias que si las practicas pueden ayudarte a reducirlo: 

  • Haz una pausa al día. Regálate unos minutos para respirar profundamente. Mientras lo haces relaja el cuerpo y la mente. Al ralentizar la respiración y regular la ingesta de oxígeno, se pueden calmar los niveles de estrés.
  • Practica alguna actividad física de forma regular, caminar, correr, bailar, un deporte, o alguna actividad psico-físico-espiritual, como yoga, tai-chi, xi-kung, meditación. (Véase también https://www.rehabilitaciontrastornobipolar.es/noticias/actividad-fisica/ )
  • Trata de comer alimentos saludables y comidas equilibradas.
  • Evita el consumo excesivo de alcohol, drogas o redes sociales.
  • Procura mantener unas rutinas diarias que pongan orden en tu vida cotidiana. Especialmente en el ritmo adecuado del sueño.
  • Relájate dedicando algún tiempo a actividades que disfrutes.
  • Comunícate con los demás. Tomarse un tiempo para acercarse y conectarse con otros es importante para nuestra salud mental. Al hablar con un amigo o un familiar, compartimos nuestras emociones y experiencias, brindamos o recibimos apoyo. Esto ayuda a disminuir el estrés y la ansiedad al mismo tiempo que apoya los sentimientos de bienestar. Planifica encuentros presenciales o virtuales con personas que consideres beneficiosas para ti.
  • Un ejercicio interesante es preguntar a alguien de confianza qué les ayuda a gestionar situaciones de estrés, para así ir ampliando nuestros recursos.
  • Si te encargas de cuidar alguna persona de tu entorno, procura mantener un equilibrio y no olvidarte de ti mismo.
  • Cuida de tu comunidad en la medida de tus posibilidades. Brindar algún tipo de apoyo social puede contribuir a fortalecerse uno mismo y a tu comunidad.
  • Busca ayuda profesional si crees que lo necesitas. Cuando el estrés nos desborda es difícil mantener la calma y la perspectiva necesaria para afrontarlo de forma constructiva. Puede ayudarte a desentrañar y tratar las causas que lo originan.
  • Recuerda a Epicteto:  “No es lo que nos pasa lo que nos hace sufrir, sino lo que nos decimos sobre ello”. 

En definitiva, lidiar con el estrés de manera saludable te fortalecerá a ti, a tus seres queridos y tu comunidad.

Os paso un enlace al programa de TV2, Redes, de Eduardo Punset, dedicado al estrés. Es media hora repartida en tres vídeos que ilustran el tema de forma muy amena e interesante.

https://www.youtube.com/watch?v=gXhz5eXK29Y

Supervivencia

Un momento estelar de locura, casualidad y fortuna que perpetua la supervivencia

Estaba exhausto, tumbado en la cama de sus padres, hacia pocos días que había salido del hospital, tras un intento de suicidio. Apenas tenia fuerzas para moverse y pensaba que por qué había fallado…todo era un desastre…nada valía la pena…

“Si me tiró por la ventana todo este sufrimiento se habrá acabado… y sí resulta que me quedo paralitico” se decía… De repente recordó que su padre guardaba el arma reglamentaria en el armario de ese dormitorio. Se levantó, abrió la puerta y allí se encontraba el arma, la cogió y volvió a tumbarse. Sintió el frio helado del metal en sus manos, que también era el gélido estado de su alma. Buscó la pestaña del seguro y la desplazó.

En ese preciso instante su hermana entró en la habitación, ambos mantenían una estrecha relación afectiva. Él con un gesto reflejo escondió el arma debajo de la sábana. ¿Cómo estás? preguntó la hermana con una mirada oceánica de amor… No sé, contestó con franqueza. A la vez que sentía la ola de ternura que irradiaba la presencia de su hermana, mientras ambos se miraban a los ojos de forma continuada; tras un prolongado silencio salió del cuarto dejando a su hermano en la cama.

Él volvió a permanecer solo en el dormitorio, de alguna forma la tibieza de la presencia de su hermana le había llegado y sentía menos frío… su mente se había detenido y el circulo de ideas repetidas se había roto…no pensaba en nada…fijó su atención en esa sensación de tibieza y empezó a llorar, lloraba y lloraba…instantes más tarde se levantó, cogió el arma, volvió a insertar el seguro, la depositó en el armario y volvió a la cama, durmiéndose.

Ahora que han pasado años, él recuerda ese instante de su vida, como el momento estelar más importante de su vida, en el que pudo recibir los dones de la Fortuna, la Casualidad y la Locura. Lo que queda bellamente expresado en el dibujo de Sans y Cabot expuesto en 1871 con el titulo » La Fortuna, la Casualidad y la Locura distribuyendo sus dones por el mundo» y depositado en la Biblioteca Nacional .

Esta breve e intensa historia de supervivencia muestra el carácter provisional de la vida… tal vez tendríamos que averiguar los ingredientes esenciales que permiten que día tras día la supervivencia se afiance en la cotidianidad…

Os paso el enlace a una conferencia que se impartió en la Asociación Bipolar de Catalunya sobre el riesgo de suicidio en las personas que padecen trastorno bipolar http://www.bipolars.org/conferencies-2012/

De ese conjunto de ingredientes que permiten la supervivencia, uno que contribuye, sin lugar a dudas, es dormir bien habitualmente; véase la nota de noviembre de 2016 https://www.rehabilitaciontrastornobipolar.es/noticias/sueno-mas-alla-del-t-bipolar/

Psicoeducación

Psicoeducación

El tratamiento de la enfermedad bipolar ha sido durante décadas únicamente farmacológico, sin embargo, en las dos últimas décadas se han ido haciendo descubrimientos acumulativos por parte de los psicólogos, psiquiatras y expertos en otras áreas que han ido mostrando que el trastorno bipolar es muy sensible a determinados tratamientos psicológicos, uno de los cuales es denominado psicoeducación. De forma que se puede obtener una mayor estabilidad y duración en los periodos entre descompensación y descompensación.

Ambitos de la psicoeducación

¿Qué es la psicoeducación? Se trata de un proceso psicoterapéutico, que incluye la transmisión de información relacionada con la enfermedad y sus cuidados correspondientes a la persona que padece un trastorno bipolar, que tiene un carácter eminentemente práctico, así como también incluye los aspectos cognitivos y emocionales de la persona afectada de trastorno bipolar, es decir que se trata de generar una dinámica en la que se facilita  información para mejorar el autocuidado del trastorno bipolar. La psicoeducación se enfoca básicamente a los siguientes ámbitos:

  • Trabajar la conciencia de enfermedad de la persona afectada
  • Explicar la importancia fundamental del tratamiento farmacológico para mantener la estabilidad.
  • Evitar el consumo de substancias que puedan afectar a la enfermedad, como por ejemplo el alcohol.
  • Enseñar la detección precoz de nuevos episodios, tanto hipomaniacos, o maniacos como depresivos.
  • Enseñar técnicas para el control de estrés.

La conciencia de la enfermedad es un aspecto complejo, desde el punto de vista psicológico, y de gran importancia para poder alcanzar una mejoría auténtica del trastorno bipolar.

El tratamiento farmacológico resulta imprescindible para el mantenimiento de la estabilidad. No obstante, una de las dificultades esenciales es alcanzar el mínimo tratamiento farmacológico necesario para mantener la estabilidad y evitar la presencia de efectos secundarios que dificulten la normalidad habitual.

En los últimos años ha quedado patente la necesidad de evitar el consumo de substancias psicoactivas; desde el alcohol por sus múltiples interacciones con los psicofármacos hasta el cannabis en cualquiera de sus modalidades.

Otro objetivo de la psicoeducación es conseguir conocer y detectar las señales iniciales de las descompensaciones que podrá evitar en determinados casos el ingreso hospitalario o acortar los periodos de mayor dosificación de los fármacos prescritos.

Finalmente señalar que la psicoeducación incluye el aprendizaje de técnicas para disminuir el estrés.

En conclusión, podemos decir que cada vez es más evidente que la psicoeducación en el trastorno bipolar mejora la evolución de la enfermedad y los pacientes confirman mayoritariamente los beneficios tanto objetivos como subjetivos.

A continuación hay un enlace de una conferencia dada en la Asociación Bipolar de Cataluña sobre la psicoeducación, donde interviene un psiquiatra y luego una psicóloga que realiz psicoeducación: conferencia sobre la psicoeducación

 

 

 

 

 

 

Manía

Inicio de manía

Una de las situaciones más difíciles de prever  en el curso del trastorno bipolar es la descompensación maniaca o hipomaniaca, lo que aquí llamaré inicio de manía. Por un lado el inicio de manía produce una cierta sensación de bienestar que lleva al propio interesado a pensar que no sólo se encuentra bien sino que va a mejor. Esta sensación de mayor bienestar dificulta extraordinariamente que el interesado cobre consciencia de lo que realmente le está ocurriendo. Y en consecuencia la subjetividad no permite orientarse en esta situación de inicio de manía, que si avanza llevará en muchos casos a conductas lesivas para el interesado o las personas cercanas a él, terminando en un ingreso hospitalario de mayor o menor duración. Y con una recuperación posterior muy prolongada con el consiguiente sufrimiento para la persona afectada y también para las personas que le rodean.

¿Se puede prever el inicio de manía?

Depende de varios factores, un factor muy importante es la velocidad de la descompensación de la enfermedad que puede ser de horas o de días o de semanas. Cuanto más rápida sea la aparición de los síntomas y signos, más difícil será ver la  recaída (véase la nota titulada Recaídas de 20 agosto  de 2017)

No obstante es necesario que la persona haya seguido un proceso de psicoeducación o psicoterapia por el que haya aceptado que padece un trastorno bipolar, que este proceso requiere un tratamiento farmacológico específico y que es necesario un seguimiento especializado continuado por tratarse de una enfermedad crónica. Así como a llevar una vida saludable en relación con el trastorno bipolar  Estos elementos son imprescindibles para luego  aprender a detectar cuáles son los signos que anuncian el inicio de la manía.

Un signo frecuente que puede ayudar a prever un inicio de manía es el conocimiento de cómo se está durmiendo, es decir cuántas horas se duerme; que calidad tiene el sueño y si aparecen interrupciones durante la noche. Lógicamente es necesario llevar a cabo un  registro diario y ver cómo son estas características mencionadas en las últimas noches que se han dormido. Esta simple herramienta  es muy útil para detectar un inicio de manía, ya que se puede observar objetivamente un acortamiento significativo de las horas que se duermen, así como la interrupción del ciclo habitual de dormir.

Hemos visto como personas afectadas de trastorno bipolar que realizaban el registro del sueño habitualmente se auto diagnosticaban un inicio de manía y acudían inmediatamente a solicitar ayuda al psiquiatra, que prescribía un reajuste farmacológico y en unos días la persona volvía a estar bien, evitando de esta forma un ingreso hospitalario y muchísimo sufrimiento posterior.

Finalmente indicamos un enlace a un video muy interesante que habla del trastorno bipolar y de la Asociación de afectados de Madrid: una visión social del trastorno bipolar

 

 

Amor y trastorno bipolar

En esta ocasión publicamos una carta de amor que dirige una persona a su pareja que padece trastorno bipolar, y que sufre una crisis grave por la que es ingresado en un hospital. Pensamos que su contenido encierra una especial belleza… Así mismo queremos agradecer a la autora que haya querido compartir esta carta de amor, cuyo texto resulta intimo y luminoso a la vez.

 

Carta de Amor

Palma, 14 febrero 2019

Amado:

 

En primer lugar decirte que, T’ESTIM MOLT.

Cuando hace ya diez meses, me decías “cariño espérame”, te quiero mucho. No pude imaginar ni por un momento, donde te llevaría este viaje. Desgraciadamente no tardaría mucho en averiguar el itinerario y la travesía inexorable que ibas a iniciar.

Un camino al abismo, a la desconexión de la realidad, al caos en tu mente, al descontrol de tus pensamientos y sentimientos e incluso de tus funciones más elementales que hacían que cada día fueras perdiendo poco a poco la dignidad y las fuerzas.

Tus ojos vacíos, tus manos temblorosas, tu palabras, a veces lúcidas otras veces casi sin sentido, tus pequeñas mentiras, pequeños engaños que intentaban darle cierto sentido a todo. Y yo desde fuera, sin poder acceder a tu mente atormentada, intentando conservar algo de cordura en todo este mar de dolor, impotencia y desconocimiento, me iba consumiendo y adaptando a una realidad, insospechada hacía tan solo 2 días, antes de tus palabras de despedida.

Somos una pareja madura, vieja para muchos. Aun así y por estas “causalidades” de la vida nos hemos encontrado. Viniendo de lugares muy distintos y distantes, los dos con una mochila personal cargada y pesada. Pero nos cogimos de las manos nos miramos a los ojos y supimos casi al instante que no era un encuentro de egos sino un re- encuentro de almas.

La mayoría de personas de mi entorno no entiende ni aprueba que te siga esperando. A mi edad, dicen, “después de todo lo que has sufrido en la vida, de separarte, de enviudar, ahora es hora de estar tranquila, no de estar pendiente de otra persona enferma. Y además de una enfermedad mental” Por lo que me siento también sola sin poder apoyarme ni contar lo que me pasa. Descubriendo así y sin haberlo pensado antes que de alguna manera, estoy compartiendo prisión contigo.

También he reflexionado sobre todo. La situación, aunque muy dura, me ha hecho crecer y darme cuenta de todo lo que siento realmente por ti. He pensado también, lo incomprendidos que son las personas que padecen este tipo de enfermedades, lo solos y aislados que se encuentran, lo solos aislados e incomprendidos que nos encontramos las personas que las queremos. Pensaba también, que si vieran que se te cae el pelo, todos sabrían a que tipo de enfermedad te enfrentas y sentirían cierta ternura por ti y la situación que se sabe atraviesa todo tu entorno. Pero los enfermos mentales, se os encierra, sois fácilmente manipulables y vivís en un infierno de soledad e incomprensión.

Después me di cuenta, de donde ibas a marcharte, entendí que no podríamos seguir haciendo todas las cosas que nos gusta mucho compartir, cocinar, pasear con nuestra mascota, vernos con nuestros amigos, conversar, nos gusta muchísimo conversar y siempre y por encima de todo sentarnos frente al mar, a cualquier hora, los amaneceres, los anocheceres. Siempre el mar

Te despedías porque sabias que yo no iba a poder acompañarte, pero también querías que supiera que ibas a volver, solo pedías que yo esperara para poder continuar la vida donde la dejamos en su momento.

Después de una travesía de esta magnitud nunca nada puede ser igual que antes, pero siempre que se abre una pequeña ventana de lucidez en tu mirada me miras a los ojos me coges de las manos con el temblor existencial que ahora te acompaña y me dices

“MI VIDA, CUANDO SALGAMOS DE ESTA, VAMOS A SER UNA PAREJA INVENCIBLE”

Aquí estoy cariño mío esperando tu regreso, con las manos entrelazadas y con la certeza inquebrantable que volverás de este largo viaje, más sabio y fuerte que antes y la convicción que, aunque no es nada fácil vale la pena seguir esperándote

T’ESTIM MOLT

LIDA

 

Creemos que es una oportunidad hablar del amor profundo que personas sienten por otras afectadas de trastorno bipolar. Tal vez como decía un afectado «prefiero ser amado que comprendido».

Finalmente recomendar el libro de Cynthia G. Last psicóloga y afectada de trastorno bipolar que analiza las relaciones de pareja cuando uno de los miembros está afectado por el trastorno; cuyo titulo es: Cuando un ser querido es bipolar

 

 

Cambios de humor

Una de las grandes dificultades a las que se enfrenta una persona que padece un trastorno bipolar y se encuentra clínicamente compensada (eutímica) es la variación en el estado animico sin una relación clara con el exterior que la rodea, para decirlo de otra forma  los cambios de humor inexplicables.

¿Qué son los cambios de humor?

Todas las personas disponen de un sistema de percepción emocional y sentimental que permite orientarse en la propia conducta. Es decir, tenemos un conjunto de señales internas (emociones y sentimientos) que nos indican  nuestro estado afectivo. A su vez nuestra conducta repercute en ese sistema de emociones y sentimientos; así como también influyen los pensamientos.

Para decirlo metafóricamente, cada una de las emociones y sentimientos que notamos constituyen distintas posiciones en una «brújula existencial» que nos permite orientarnos en la vida. Esta brújula es extraordinariamente dinámica y permanentemente recibimos señales de como estamos (serenos, iracundos, miedosos, asqueados, tristes, etc.)  Piensa, por un momento, en la sucesión de emociones y sentimientos que te han acompañado a lo largo del presente día.

En el trastorno bipolar esta brújula esta averiada en mayor o menor grado, de forma que se produce la emergencia de emociones y sentimientos por la propia dificultad de indicar una emoción determinada en relación con una situación específica. Dicho de otra forma,incluso en los casos de personas que padecen un trastorno bipolar y se encuentran clínicamente compensadas, se producen «vibraciones» en el sistema de señalamiento emocional y sentimental de forma que se encuentra con señales (sentimientos) de distinto tipo.

Cualquier persona puede sufrir esas oscilaciones inexplicables, no obstante la persona afectada de trastorno bipolar puede llegar a una situación de mayor confusión de su propio flujo de emociones y sentimientos, con la gran dificultad que implica de relación consigo mismo y con los demás.

¿Qué hacer con los cambios de humor inexplicables?

En primer lugar es necesario aceptar plenamente que estoy cambiando de estado de ánimo, de forma interna y sin que se haya producido un cambio en el entorno nuestro. Esto es fácil de decir y difícil de llevar a cabo. Quiere decir que la persona ha aceptado plenamente que tiene un trastorno y a partir de aquí además aceptar la borrosidad emocional y sentimental o dificultad de identificar los elementos afectivos propios.

En segundo lugar cobrar perspectiva de las emociones y sentimientos que siente. De forma que «yo no soy únicamente el miedo que siento»,  todos tenemos un panorama emocional, es decir otras emociones o sentimientos que acompañan a ese miedo, y que nos pueden ayudar a contextualizar ese miedo, al mismo tiempo que hay que distanciarse- verlos con mayor distancia- de esas emociones o sentimientos, sobre todo los que sean negativos.

Se trata de aprender a navegar en la vida utilizando señales de otra naturaleza, como son las señales corporales (véase la nota «Bienestar corporal» de julio de 2017).

P.D. Esta nota constituye únicamente unas pinceladas de un tema complejo, que será abordado en el futuro.

Recomiendo ver la pelicula «Como agua para chocolate» del director  Alfonso Arau cuyo guión esta basado en la novela de Laura Esquivel del año 1992. La película es una delicia y muestra un abanico de emociones y sentimientos extraordinariamente amplio. trailer de la película

 

 

Sexualidad y trastorno bipolar

Sexualidad y trastorno bipolar es un tema complejo. Al igual que en otras áreas de la personalidad, la sexualidad se ve afectada por el curso del trastorno bipolar, de forma que en las fases de descompensación de la enfermedad tiene, en general,  manifestaciones congruentes con el estado de ánimo, o sea en la fases depresivas el deseo sexual suele menguar y en las fases excitatorias suele incrementarse; no obstante hay múltiples expresiones de la sexualidad y el trastorno bipolar  por lo que el abanico de conductas es muy amplio; como ejemplo estarián los episodios de naturaleza hipomaniaca o maniaca en los que no se manifiestan conductas sexuales, a diferencia de los episodios en que se manifiesta de forma hiperbólica.

Cómo valorar la sexualidad y trastorno bipolar

Uno de los ejes fundamentales para la valoración del bienestar personal, lo constituye el nivel de energía vital, parámetro que entendemos de forma subjetiva y aproximada, pero que resulta fácil de entender por las personas. En las personas afectadas de trastorno bipolar el  nivel de energía presenta un rango de estados muy variable, de forma que puede oscilar desde el «no puedo levantarme tras una noche de descanso» hasta el estado de energía en la que la persona «no siente la necesidad de dormir» de forma sostenida. Es importante indicar que durante los periodos de eutimia también se manifiestan cambios significativo en el nivel de energía vital.

Existen informaciones que sugieren la relación del nivel de energía y la sexualidad, de manera que los niveles bajos o muy bajos de energía vital se acompañan de un apagamiento de la sexualidad, mientras que los niveles d energía vital altos o medios van acompañados de expresión de la sexualidad.

Por otra parte otra dimensión fundamental es el estado emocional de la persona, de forma que los estados bajos de ánimo también se relacionan con una expresión de la sexualidad escasa  o muy escasa; mientras que los estados de ánimo altos o medios se relacionan con  una mayor expresividad sexual.

De la combinación de estas dos dimensiones nivel  de energía y estado emocional en cada persona, se generan numerosos estados en los que se observan conductas extremas. Por ejemplo con un estado de energía muy bajo y un estado de tristeza es fácil comprender que la persona no tenga ningún tipo de conducta sexual.  Otra situación,como ejemplo, seria sentir un nivel de energía bajo o muy bajo y un estado emocional de  calma, también se puede comprender que la persona apenas tenga algún tipo de conducta sexual.

He intentado poner de relieve que más allá del estado emocional de la persona afecta de trastorno bipolar, es del todo conveniente considerar también su nivel de energía vital para entender el grado de expresión de su sexualidad.

Sexualidad y trastorno bipolar es un tema que volverá a ser tratado en estas notas.

A continuación indico un enlace a un video que habla de sexualidad humana desde el punto de vista psicológico.

 

Eutimia testimonio personal

Presentamos a continuación el testimonio de un paciente que accedió a escribir sobre su experiencia con la enfermedad. Nos parece interesante aportarlo aquí porque además de compartir su vivencia personal, añade los aprendizajes que ha hecho en relación a cuál sería desde su punto de vista la mejor forma de tratar la enfermedad y alcanzar la eutimia. Esperamos que sea de vuestro interés y aprovechamiento.

 

Mi experiencia con el trastorno bipolar

 

“El trastorno bipolar ha sido un evento fundamental en mi vida.

 

Y no la ha empeorado. Aprender a superarlo la ha mejorado.

Me diagnosticaron la enfermedad con 29 años, ahora tengo 45.

 

¿Cómo surgió? ¿por qué? ¿cómo me hice bipolar?

 

Creo que, en mi caso, está asociado a una falta de conexión con los demás, y a una falta de amor por mí mismo y el estar siempre cumpliendo expectativas de los demás. Y así, una vez que encontré un gran amor, lo que yo creía el amor de mi vida, con un enamoramiento exagerado, y romperse la relación, mi mente estalló y tuve mi primera crisis maníaca.

Mi primera crisis y la más fuerte: sentí que me explotaban las emociones, que dentro del cráneo tenía cristales molidos. Que algo fundamental se había roto, que había despegado de la tierra hacia la irrealidad.

 

Después, en estos 15 años han habido otras crisis periódicas, unas de manía y otras de depresión. Con el tiempo he ido aprendiendo a mantener la enfermedad “a raya”, bajo cierto control. Ahora estoy estable. Ya va para tres años que no tengo crisis, ni hacia arriba ni hacia abajo. Ya no me siento tan solo. Estoy en paz conmigo mismo, cada vez más. Pasar por las sucesivas crisis te va fortaleciendo, vas aprendiendo.

Aquí escribo mis lecciones, lo que yo he aprendido:

 

  • Después de un equilibrio viene una crisis, que nos empuja a buscar un nuevo equilibrio. Así, siempre estamos cambiando, estemos estables o no. La crisis es una oportunidad para empezar a vivir la vida que queremos vivir, una que tenga más sentido para nosotros, Para acercarnos a ser lo que realmente somos. Bienvenidas pues las crisis, las enfermedades, los diagnósticos.
  • Los diagnósticos son paquetes de etiquetas. Las etiquetas no es lo que somos, son solamente nombres, un intentar entender.
  • Pero cuidado con identificarnos con las etiquetas, o que los demás nos identifiquen con ellas. Cuidado con los estigmas sociales. Yo por ejemplo soy selectivo en decir que tengo trastorno bipolar. Se lo digo a un recién conocido si me inspira confianza o amistad, pero no lo digo en el trabajo.
  • Me ayudó el empezar de cero en un sitio nuevo donde no me conocía nadie. Donde no tenía la etiqueta de loco: Berlín. Y después: Palma.
  • Vivir con la amenaza de la crisis bipolar: no tengo miedo, porque acepto lo que pueda venir: que será, será. Me vuelvo cada vez más inmutable, más ecuánime. Entonces el miedo pierde su poder.
  • Me horripilan las instituciones mentales, ser encerrado me parece anti terapéutico, anti humano. Procuro no ser encerrado. Por eso, si me empiezo a ver mal (o demasiado “bien”… Mucha energía, inquieto, demasiado irritable, etc.) voy rápido a mi médico psiquiatra. Antes de que me encierren a la fuerza.
  • El psiquiatra. Debo tener una relación de confianza con él o ella. Si me asignan a uno nuevo y no me gusta, o no confío en él, no es empático conmigo, procuro cambiar a otro.
  • Además me parece vital el hacer psicoterapia. Como aquí la sanidad pública carece de programas y recursos, me busqué una psicoterapeuta privada. Para mí, el tratamiento del trastorno debe ser 90% psicoterapia y el 10% medicación. Aunque la medicación es necesaria como medida de prevención de más crisis. Yo sigo tomando la medicación que me dan, a rajatabla.
  • También es importante seguir unas reglas higiénicas: dormir bien, comer bien, no tomar alcohol y otras sustancias de forma compulsiva o excesiva. Cada uno que marque sus propios límites. También es bueno hacer ejercicio.
  • Relaciones sociales: que sean sanas. Además puede ser un buen medidor de cuando entramos en crisis porque nos empiezan a ver conductas raras y que se daban en anteriores crisis.
  • Encauzar la Creatividad a algo: pintar, modelar, escribir… lo que sea. Dejar salir lo que nos bulle por dentro.
  • Algunos libros me han servido: recomendaría los de Eduardo H. Grecco: “Despertar el don bipolar”, “La bipolaridad como don“.
  • El trastorno bipolar me ha hecho mejor persona, más compasivo conmigo y con los demás, y menos juzgador.
  • Me ha ayudado a no fiarme tanto de la mente, a des-identificarme de la mente, “ yo no soy mi mente”. También me ha hecho buscar un camino espiritual.
  • Me ha dado “una cura de humildad”. Yo que me creía tanto, tan superior, tan inteligente. Ahora solo soy… yo. Intento no compararme con los demás. Cada uno libra sus propias batallas, Que a menudo desconocemos.
  • Cada vez más, voy dejando de buscar. “Me siento en una silla al lado del camino, tranquilo, a observar como el viento y la lluvia destruyen poco a poco la casa que construí con barro y paja. Y me sonrío locamente”. Todo lo que encuentre o que venga, bienvenido sea.
  • Y por último daría este consejo a cualquiera con transtorno bipolar: CONFÍA. Ten confianza. En que vas a mejorar, en los médicos, en tu capacidad de sanar, en los medicamentos, en tu familia y amigos, en tu propio poder, en el futuro.»