En las notas de julio y septiembre hablaba sobre el proceso dormir, que nos conduce al sueño. A partir de lo que comentaba en esas notas voy a extenderme un poco más alrededor del ciclo sueño-vigilia explicando que se trata de un ciclo circadiano -que ocurre en un periodo de un día- y como le afectan otros factores biológicos que también tienen ritmos circadianos, por tanto esta información se refiere más a cualquier persona sana, sin entrar en las peculiaridades de las personas afectadas por el trastorno bipolar, si bien sirviendo de referencia a las mismas.
Un poco de Fisiología
En primer lugar poner de relieve la naturaleza biológica que tiene la alternancia sueño-vigilia, junto con las variaciones de la temperatura corporal y en la secreción de la hormona cortisol, a lo largo de 24 horas, de forma que en situaciones normales se produce un acoplamiento de los tres prácticamente perfecto. De manera que la propensión al sueño es máxima durante el descenso de la temperatura corporal, y eso ocurre alrededor de las últimas horas del día, dando lugar a las ganas de dormir que tenemos por la noche y entrando en la fase principal de descanso. La temperatura corporal alcanza su mínimo alrededor de las 4 de la madrugada. Asimismo después de unas 9 horas de alcanzar el mínimo de temperatura corporal se vuelve a presentar ligeras ganas de dormir, fenómeno que se produce sobre las 15 horas y que correspondería al periodo de siesta. Por otra parte existen los periodos de vigilia, que son uno matutino y otro vespertino. Del cortisol-es la hormona que activa la generación de energía- sólo mencionar que también sigue un ciclo circadiano de secreción,de forma que es máxima al amanecer para luego ir disminuyendo a lo largo del día.
Por tanto el sueño es un estado fisiológico, activo y rítmico que aparece cada 24 horas alternándose con el estado de vigilia. Y es conveniente tener en cuenta las características del sueño fisiológico, para poder tener la referencia natural de que podemos alcanzar en el caso de presentar un trastorno del sueño, como ocurre a menudo en el trastorno bipolar.
¿Qué hacer?
Si tenemos en cuenta que una tercera parte de la población general tiene mala calidad de sueño. Es conveniente divulgar las medidas facilitadoras para conseguir dormir.
La idea fundamental que hay que retener es que la tensión muscular y el sueño son antagonistas y por tanto se trata de establecer pautas que nos permitan llegar lo más relajado posible a la cama. Ya cite dos enlaces en las notas de julio de como conseguir dormir mejor en general y en particular si se padece un trastorno bipolar -en la nota de setiembre-. No obstante incluyo un tercer enlace para aquellas personas que sientan ansiedad titulado dormir tranquilo y que también puede ser de utilidad para las personas que padezcan un trastorno bipolar.