El arte existe en el mundo desde tiempos inmemoriales. Ya desde las culturas más ancestrales, el ser humano ha creado imágenes y objetos que poseen la capacidad de reflejar tanto el mundo externo como el interno, desde la inquietud y el interés por alcanzar una comprensión más profunda de sí mismo y de todo lo que le concierne. Las artes, por sí mismas, siempre han tenido un gran poder de transformación en el individuo. Así pues, en Arteterapia se usa esta capacidad para explorar, expresar y elaborar conflictos emocionales, muchos de los cuales no pueden ser puestos en palabras. En este artículo vamos a dar una pincelada de cómo asociamos el trastorno bipolar con el arteterapia.
Descripción de Arteterapia
El arte combinado con la terapia facilita el proceso de acceder a lo más profundo del ser interior, que al poder emerger y expresarse, nos hace más conscientes de nuestras necesidades esenciales, a la vez que nos permite disfrutar del placer vitalizador del hacer artístico.
La Asociación Americana de Arteterapia (AATA) define esta disciplina como “El uso terapéutico de la actividad artística, en el contexto de una relación profesional, por personas que experimentan enfermedades, traumas o dificultades en la vida, así como por las personas que buscan un desarrollo personal”.
Decía Edith Kramer en 1958, pionera estadounidense en arteterapia profesional, que es muy importante la creatividad en arteterapia; el hecho de crear permite re-experimentar los conflictos internos, resolverlos e integrarlos, pues la creación artística ensancha las experiencias humanas, y el darles forma permite su racionalización interior.
La creatividad es inherente a la naturaleza del ser humano. Se refiere a la capacidad de dar origen a lo nuevo y de encontrar distintas y mejores soluciones. A ser creativo se aprende creando, y cuando este aprendizaje está interiorizado, comienza a funcionar como parte de la personalidad y en todos los planos de la vida.
Las vías de expresión que se utilizan en Arteterapia abarcan todos los medios artísticos, como la plástica, lo corporal, la música, lo literario, lo teatral, lo tecnológico (fotografía, vídeo, etc.). Su uso dependerá del momento y circunstancias de la persona, de sus posibilidades y de los objetivos del tratamiento.
El arteterapia, por sus especiales características y adaptabilidad, se aplica en diversos países desde hace más de medio siglo, y su ámbito de aplicación, -en formato de tratamiento individual y especialmente como terapia grupal-, ha ido ampliándose a diferentes áreas, desde la clínica (tanto en salud mental y física, como de desarrollo personal), al ámbito social (violencia de género, exclusión social, inmigración, prisión, etc.), y al educativo.
Arteterapia y trastorno bipolar
En relación al trastorno bipolar, hasta hace poco se trataba únicamente con terapia farmacológica, pero en las últimas décadas diversas investigaciones han demostrado que el tratamiento integral, -combinación de psicofármacos y terapia psicológica-, consigue mejores resultados en la mayoría de los afectados.
Según Rothbaum, B.O. y Astin (2000) en su artículo “Integración de la farmacología y la psicoterapia en el trastorno bipolar”, los pacientes que siguen un tratamiento combinado, -terapia de grupo y medicación-, acceden a una mejoría en la evolución de la enfermedad, ya que la terapia grupal puede reducir el nivel de gravedad comparado con los que solo reciben medicación. Uno de los aspectos importantes en que se nota esta mejoría es en el aumento del nivel de cumplimiento terapéutico. Debido a esto, la cantidad de recaídas se puede reducir en un 15%, se reduce el riesgo de suicido y la cantidad y duración de las hospitalizaciones y recaídas. Como consecuencia de esta rueda, también mejoran las relaciones interpersonales y se da menos fracaso matrimonial. En definitiva, mejora la calidad de vida de las personas que padecen trastorno bipolar.
En este sentido, desde mi experiencia de mis casi treinta años como psicoterapeuta, me adhiero a la explicación más completa que nos ofrece Eduardo H. Grecco, en su obra de 2004, “Despertando el don bipolar”, enfatizando la importancia del trabajo terapéutico, “Muy contrariamente a lo que habitualmente se opina, la psicoterapia no es una opción secundaria o de apoyo en el trabajo terapéutico con pacientes bipolares, sino que puede constituirse, por sí misma, en el centro de la actividad de su cura. La medicación contiene o suprime un síntoma pero no puede sanar en el sentido que le estamos dando aquí a este concepto…. La psicoterapia constituye una herramienta esencial para el tratamiento de la bipolaridad, ya que posibilita la comprensión de las causas emocionales e históricas profundas que han llevado a un sujeto a su padecimiento, ayuda a efectuar un cambio de vida que le permita acceder a un mayor grado de felicidad, libertad, paz e integración psíquica, posibilita la instalación del eje interior, a partir de lo cual puede aspirar a una oscilación proporcionada, facilita el desarrollo de pensamientos y conductas asertivas, y hace viable la experiencia de descubrir la capacidad de navegar sin temor por matices emocionales diversos”.
Porque desde la psicoterapia y el arteterapia no se trabaja sólo la enfermedad, sino que se mira a la persona de forma global, teniendo en cuenta todos los ámbitos y circunstancias que nos acompañan en la vida y que se influyen mutuamente, lo físico-psíquico- social-espiritual. Y por supuesto, desde esta visión holística, no olvidemos el misterio de la magia que podemos llegar a hacer con nosotros mismos. Como dijo Aristóteles “La finalidad del Arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas”.