Cuando a lo largo de un año la persona que sufre un trastorno bipolar padece 4 o más episodios, se califica como Ciclación rápida. Es decir que la frecuencia alta de episodios en este trastorno recibe el nombre de ciclación rápida y si la frecuencia es muy alta se denomina ciclación ultra-rápida.
Aproximadamente entre un 15% y un 20% de las personas afectadas de trastorno bipolar presentan un período de ciclación rápida, según los estudios científicos que se han ido publicando desde los años 70 en que se definió esta característica en parte de los afectados.
Si ya de por si el trastorno bipolar es un proceso doloroso y crónico, el hecho de que la presentación de crisis sea más frecuente hace más laborioso el proceso de control y tratamiento de la enfermedad.
Como se puede suponer el seguimiento terapéutico de un paciente afectado de trastorno bipolar que presenta ciclación rápida o ultra-rápida es más estrecho, con visitas más frecuentes al especialista. Una circunstancia, entre otras, que se da a menudo en el proceso de ciclación rápida es que las modificaciones farmacológicas, a veces, son más difíciles de evaluar, porque tras un cambio de un fármaco se presenta una nueva crisis antes de que el nuevo fármaco haya conseguido su pleno efecto.
Por otra parte es importante tener en cuenta la siguiente característica: el trastorno bipolar es una enfermedad crónica, mientras que la ciclación rápida es el periodo de tiempo de esa enfermedad en que las crisis se presentan con más frecuencia, tal como he comentado antes. Es decir la ciclación rápida es reversible con el tratamiento, médico y psicológico adecuado. Por tanto no es correcto decir que una persona es cicladora rápida, sino que presenta en un periodo o periodos determinados de su vida la ciclación rápida.
Para abundar un poco más, la ciclación rápida no es un subtipo de trastorno bipolar, sino una forma evolutiva de la enfermedad de carácter reversible con tratamiento médico y psicológico intensivo y adecuado.
Para finalizar esta nota, os sugiero que veáis porque es un placer el siguiente video realizado por la psicóloga y artista ucraniana Kseniya Simonova, que muestra la vigencia, una vez más, de la frase de Paul Klee “el arte hace visible lo invisible”. Este video lo realizó para la Fundación vida bipolar de Méjico: el milagro del cerebro